Escuela de Formación de Agronegocios del MCBA
Titular a Cargo: Ing. Agr. José María Aulicino.
Octubre / Noviembre de 2016
Participante: Domingo Ramos Bravo
D.N.I: 93215482
A partir de la pregunta ¿Por qué estoy hoy acá? Se introduce en los presentes la temática, temática que ha estado presente en los actantes durante muchos años.
Desarrollada por la cátedra en tres grandes ejes macro: -Formación General – Formación en Marketing – Formación Gerencial-.
Cada eje, enmarca las herramientas que en el mundo han dado resultados positivos donde se los ha aplicado. En nuestro país, se puede resumir, que hasta el momento, solo el primer eje temático se contempla a través de la ley 19227/71, desentendiéndose del Marketing y de la Formación Gerencial.
Lo expuesto nos pone al descubierto, sin tema para aportar, solo anécdotas coloquiales a las que se les otorga discernimiento cientificista. Junto a la praxis operativa del mercado propiamente dicho, se acompañan la información de gran cantidad de normas, de seguridad alimentaria, buenas prácticas productivas, trazabilidad, manejo de alimentos, certificaciones que provienen del exterior; la mayor cantidad de ellas incumplidas a nivel nacional.
Aprendizaje cruel, el abrir la puerta y ver lo lejos que nos ha quedado el Modernismo; normas tenemos para todos los gustos, si fueran pocas, creamos algunas más cada día ¿Se aplican la ya establecidas? ¿Serán factibles de aplicación las nuevas creaciones?
Desde la práctica, y, sin el conocimiento de las herramientas técnicas, aquellas que hacen repetir lo aprendido para obtener resultados económicos, aceptamos que desconocemos las herramientas del Marketing y el manejo Gerencial.
Si bien en el mundo, así se ha mostrado en la cursada, existen esas herramientas, mantenemos una ausencia de conocimientos en cuanto a las necesidades, usos y costumbres locales, de nuestros productos.
Complejidad que mueve aún más a la necesidad de comprender el sistema alimentario perecedero de nuestro país.
Es en éste pensamiento que cabe una segmentación, entre lo que es necesario, para resolver el sistema productivo alimentario de nuestro país, con posibilidades de saldos exportables e industriales y el mejoramiento del Mercado propiamente dicho.
Esta segmentación está conformada por: la producción, el consumo y el Mercado, se observan varias posibilidades que hacen a las diferentes opciones. Así pues, el mercado es como el fuelle que armoniza la producción para satisfacer la demanda.
El consumo por un lado, se mantiene dentro de una cultura tradicionalista, de continua demanda de los productos de manera natural, tal como los entrega la planta, por otro, en la gran ciudad, los sistemas “gurmet” y casas de comidas, elevan su potencial día a día.
En cuanto a las diferentes opciones de agregado de valor, a los productos primarios, estos surgirán de las visiones, conocimientos, y posibilidades de aquellos que visualicen un segmento de oportunidad.
Ahora bien, la práctica del mercado propiamente dicha, está comprometida dentro del sistema económico nacional. En éste punto, también el sistema está fuera de control, y es donde parece apuntar con mayor atención la orientación educativa.
Se desprende de la temática, la necesidad de encauzar la transparencia del sector, además de ser necesario para el estado, lo es también para el crecimiento del mismo.
Existen ya normativas en esa dirección, con deficiencias en su aplicabilidad, deficiencias por desentendimiento de la práctica cultural, a veces son incompatibles las normas con las prácticas, además de “cierta discriminación”.
Normar en base a nuevas formas de contralor, pensando únicamente en los mercados concentradores, es caer en la posibilidad de un desabastecimiento descontrolado; dentro del sector convive una gran mayoría de informalidad, con el agravante que esa mayoría, es la que produce también la mayoría de las hortalizas, las vende por mayor y por menor.
Esta práctica, mantiene un cierto enfrentamiento entre los que todavía permanecen dentro de la transparencia, con algún grado de incumplimientos, y los que aparecen como ausentes de los registros, aunque estén a la vista del resto.
Sustentados en las problemáticas de producción y consumo, y, dentro de la misma segmentación, desde el mismo sector se afirma que se debe jerarquizar el MCBA.
El enfoque para tal empresa partiría desde una fenomenología aplicada, donde, en cierta forma, se amputarían las bases de sustento tanto productivas como de consumo, al menos por un tiempo en tanto el shock produce su efecto, teniendo en cuenta que, existen otros mercados y si se ha de normar un mercado se obligaría al cumplimiento de las mismas al resto de los mercados; Cosa difícil si la hay, por consiguiente la recomendación se orienta solamente para el MCBA.
Para el caso se ha visto cómo puede ayudar la matriz FODA en la toma de decisiones:
Fortalezas:
• Gran superficie de Exposición de productos
• Productos nacionales e importados
• Volumen de especies y variedades
• Diversidad de presentaciones por especie y envase
• Amplio espacio de maniobras de vehículos de carga
• Horarios extendidos
• Accesibilidad
Oportunidades:
• Apoyo y presencia de las fuerzas políticas
• Vidriera internacional del total de productos del país
• Representativo de la actividad Nacional
• Peso político, si desea formar parte.
Debilidades:
• Ausencia de participación sectorial
• Falta de representatividad
• Ausencia de los mercados electrónicos
• Descreimiento de las políticas públicas
Amenazas:
• Achicamiento del poder de concentración
• Estancamientos de los volúmenes de ingreso
• Ausencia de trazabilidad
• Dispersión de mercados
• Decaimiento estructural.
Cada uno de los ítems, en la matriz FODA, analizados en profundidad y aplicados de manera tal que armonicen un mecanismo equilibrado, elevarían la categoría del Mercado y, dependiendo de los resultados tal vez se acoplarían al sistema el resto de los Mercados.
Es con prácticas eficaces y a tiempo, junto a normativas cuya aplicabilidad sea factible el camino hacia un mejor mercado.
Debemos mirar al futuro, también aprender de los errores de nuestra historia.
Doce (12) años de discusiones en el tratamiento de la ley 19227, más Treinta y Tres (33) años de su aplicación nos dejan como saldo una especie de “Anomia” y estancamiento del sistema productivo y comercial de Alimentos.
Buen momento para iniciar la verdadera transformación.
| 15 de Noviembre de 2016 | Comentario de Domingo Ramos Bravo |Especialista en Mercados Frutihortícolas |