¿Qué políticas aplicar en un estado donde todo es desconcierto?
El equilibrio económico y social es necesario, para un buen desarrollo fruti-hortícola. Se entiende como un buen desarrollo, el cierto equilibrio entre el consumo y la producción, y dependiendo de estos extremos, el mercado se mueve comercialmente traccionado por estas dos fuerzas
En estado de pandemia, han desaparecido los programas económicos iniciales de éste período político; programas que apuntaban a una “emergencia alimentaria”, en ésta emergencia estaban incluidos los ciudadanos de todos los pensamientos políticos. .
El estado de emergencia alimentaria, indica que los ciudadanos encuadrados dentro de ésta condición, carecen de recursos para adquirir alimentos, carencia que repercute en la producción, pues al faltar consumidores, faltan compradores y éstos hacen caer los precios de los productos. En el otro extremo, el productor ve, como día tras día, sus costos se incrementan debido a la inflación constante, de modo que, el hecho de producir, se hace cada vez más precario, pues los valores que se obtienen por ciertos productos los dejan fuera de los costos de producción.
Esta vorágine, donde por causas que, se le atribuyen a la pandemia, desorientan la actividad económica, social y cultural, repercute en todos los ámbitos de la sociedad, también en el productivo. La tendencia mundial de producción se orienta hacia cultivos más saludables, con menores cargas de químicas, a veces nocivas, con menor consumo de agua, con más cuidado del medio ambiente, en espacios más reducidos y cuidados, como, por ejemplo, la hidroponía.
Esta vorágine controversial, donde muchas voces se alzan, con opiniones que apuntan al cómo salir de la situación “pandémica” y avanzar como sociedad, tan solo confunden más a las personas que deben adoptar medidas, en el sector productivo. Es en este sector donde se deberían producir las modificaciones culturales, en el sentido de obtener esos mejores resultados productivos que se observan en otros países, relacionados siempre con nuestro sector. Las inversiones necesarias para avanzar en ese sentido, son importantes, además deberían estar sustentadas con facilidades, tanto, impositivas como crediticias, pero de esto, no se habla, no se proyecta, ni siquiera en los sectores políticos relacionados al sector fruti-hortícola.
Si la producción y el consumo están desorientados, los mercados en sí, son afectados por estas mismas cuestiones, de modo que, en semejante situación, el atraso se convertirá en un nuevo RETRASO DEL SISTEMA.
El producir requiere de proyectos que prevean, al menos 50 años hacia adelante, pensar el tipo de “vida” que se obtendría, considerando que, en ese lapso, se van a producir cambios en todos los sistemas, desde lo alimentario hasta lo tecnológico, sin este tipo de visualización de un futuro cercano ¿cómo desarrollar un sistema productivo de alimentos?
Las vorágines, destruyen en su impetuosidad, todo pensamiento sensato y proyecto de vida social futura.
| 28 de Abril de 2021 | Comentario de Domingo Ramos Bravo| Especialista en Mercados Frutihortícolas